El vidrio de las pantallas procede de las fábricas de TFT en grandes planchas denominadas vidrio madre y se clasifica por clases. Estas clases se rigen por normas ISO que identifican tres niveles de número admisible de píxeles defectuosos.
Aparte de la incomodidad visual que causan los píxeles defectuosos, trabajar en una pantalla a la que le falta un punto aparentemente minúsculo tiene desventajas prácticas muy importantes. La importancia variará en función del sector, pero tal vez se ilustre mejor en los dispositivos médicos, donde un solo píxel defectuoso puede cambiar la imagen lo suficiente como para llegar a conclusiones erróneas y tener consecuencias dramáticas.
En nuestras pantallas de 10,1″ añadimos de serie una capa adicional de pruebas para que no se nos escape ni un solo elemento con un píxel defectuoso. Hay una garantía del 100% de CERO píxeles malos.